Hoy lo vi en mi casa.

Les cuento que con X apenas roze, simplemente roze mas suave que con una hebra de lana el sentimiento de amor.
Durante los encuentros con X jugabamos a lo perfecto, a lo inhumano, a lo inimaginado e inimaginable.
Eramos una construccion perfecta de union y fusion.
Solo duraba las horas que estabamos juntos.
Empezaron siendo pocas.
Y el bollo comenzo a levar.
De un dia por semana a tres.
De tres dias por semana a todos los dias.
De vernos solo a la mañana a vernos mañana y tarde.
De solo vernos, a vernos, hablar por telefono, mails, paloma mensajera, contacto telepatico, mensaje de texto... todo firmado por un Te extraño.
Creabamos ese ser perfecto.
Y seguia levando.
Oscilaba el dia en fraccionados segundos de luz...luminosa luz de alegria, minutos de angustia...igual a la que se siente antes de saltar, que no sabes que va a pasar, minutos de ser una hebra de lana rozando el sentimiento de amor.
Pero no cuidamos el bollo, y levo tanto que se pincho...se aplasto sequito y chatito.
Nos dimos vuelta y lo vimos.
Y por mas y mas que quisimos, no levo mas.
Y por mas que quise, no levo mas.
Hoy lo vi a X.
Sentado en mi casa por otros temas.
Hoy lo vi.
Desee ser otra vez esa hebra.
Igual...en esos tiempos que les conte...nos regalabamos unos buenisimos mañananeros...esos que le deseas que le pase a tus grandes amigas..esos. De hebra de lana.
Por eso los extraño.
Creo, mejor dicho, que esos mañaneros son los que extraño.